Y en el umbral de la puerta me espera con la mano abierta y los ojos nublados de tanto llorar. Le digo y le repito que no quiero entrar, que me deje volar y ser libre, que no hay nada para mi allá adentro, que no quiero saber que me espera al cruzar la puerta... Insiste y continúa extendiéndome su brazo y abriéndome la mano... Doy un paso adelante y caigo... Levanto la mirada y sin darme cuenta ya estoy adentro, ya caí en su trampa y en lo infinito de la incertidumbre, ya pasé al otro lado... Todo sin darme cuenta.

Te miro desde lejos
Te pienso en mi memoria
Te recuerdo en mi caminar y en la lluvia
Los años han pasado, parece que el tiempo ya no me ayuda a recordar tu rostro... Pero no olvido el calor de las palabras, las sonrisas bajo el sol y el sueño al amanecer.
El nunca existió en nuestro fín, el hasta luego se hizo eterno y nuestras miradas se perdieron con el pasar de los años.
Añoro volverte a ver, añoro volverte a ver reír y ver que disfrutas la vida.
Hoy te añoro, hoy te recuerdo, hoy te pienso, hoy te quiero y hoy te atrapo en mi mente...hoy.

Como se pasa el tiempo y uno a veces olvida o a veces lo mata el recuerdo. Pienso en como los segundos se desaparecen y con ellos los momentos que se viven. Cada uno y sin reparo alguno, emprenden su viaje al no regreso y me hacen doler el estómago y el pecho.
Yo creo que a mi me puede matar más el olvido. Me da miedo no recordar. A veces durante el día siento como el tiempo y el espacio me regalan memorias, llegan olores que me transportan, llegan sensaciones viejas que se hacen nuevas en un segundo. Tengo mi propio sistema de teletransportación, voy y vuelvo en el tiempo un millón de veces en el día. De esta misma manera siento este presente y trato de vivir este instante a plenitud... Solo así puedo lograr construir de manera casi exacta un recuerdo y una memoria.

Entre más "vieja" me hago, entre más pasos entre las multitudes doy y entre más palabras escucho, más me propongo en ser consecuente y consistente con lo que hago, pienso y digo.
No quiero traicionarme, no quiero darle la espalda a lo que siento, pienso y hago. Es esa armonía y ese balance al que uno desea llegar, a ese momento en que llega la noche y se hace un repaso del día y se cierran los ojos y se duerme tranquilo.
Estoy llena de contradicciones, cambio de una decisión a otra en tan solo un segundo, pero por eso mismo no quiero andar afirmando y asegurando lo que no va de la mano de mi ser y mi sentir. Ser consecuente y consistente, no caer en la arrogancia del saber y el quehacer es una de mis luchas diarias e interminables. Ah! Y que jamás me olvide de la humildad y del amor!

Cuando los amaneceres no envejecen y el anochecer nunca llega tarde... Así, no en la casualidad, no en la coincidencia, no en el azar, así estás tu, así estoy yo...
En la mañana cuando abro los ojos y respiro conciente, en la ducha cuando cae el agua en mi rostro, en el cuarto donde veo a mis hijos dormir, en el primer paso que doy y siento el suelo, en el primer bocado de pan y en el primer sorbo de café que disfruto...
Así, sin más ni menos, así... Todo es perfecto...
Gratitud...